Se quedó sin trabajo y con sus colegas ayuda a otras personas
El reconocido árbitro Gustavo Vilotta se quedó sin trabajo por la pandemia, pero eso no le impide darle una mano a los que menos tienen.
Vilotta ya retirado de la actividad oficial en el marco de la Liga Paranaense de Fútbol, venía trabajando en el fútbol independiente. Junto a un grupo importante de jueces de la zona, el colegiado dirigía en Liga Altos del Paracao y en otros lugares.
Pero el distanciamiento social y la cuarentena lo obligaron a parar, quedando él y su familia sin un ingreso importante. Además, en su otra actividad con el transporte escolar, también tuvo que detenerse, sin poder llevar un peso a su hogar.
Durante estos días, colaboró con su mujer que es contadora y de alguna manera se sintió útil. Pero a pesar de su inestabilidad actual, junto a un grupo de árbitros, realiza colectas y ayuda a varios comedores de la ciudad.
“Surgió hace más de 90 días, un poco después que se comenzó con la cuarentena. Empezó con un grupo de árbitros independientes, que nos juntamos con la idea de dar una mano y colaborar con la gente que necesita más que nosotros”, destacó Gustavo en el comienzo de la charla con Noticias a Diario, marcando la decisión de un grupo de jueces, que en su mayoría están desocupados y tienen que hacer changas o rebuscárselas para poder seguir.
En relación a quienes ayudan, contó: “Colaboramos con los comedores de Paraná que no tienen tanta ayuda del Gobierno”.
Diferentes alimentos no perecederos, leche y otros productos son recolectados para ayudar a comederos y merenderos. Si bien es un grupo de árbitros los que están con esta inquietud, cualquiera puede colaborar.
Cerca de 350 árbitros sin ingresos

En la capital entrerriana hay un promedio de 14 a 16 ligas libres, que tienen entre 300 y 350 jueces que trabajan en ellas. “Estas personas se quedaron sin esa entrada fundamental”, aseguró Vilotta, para luego agregar, “Cerca de un cuarenta por ciento de estos árbitros safa con alguna otra entrada que tiene, pero el resto se quedó sin ingresos”.
Un cable a tierra
“Nos sirve para mantener la cabeza ocupada y no estar dándonos manija. Estoy sin trabajo desde la pandemia, sobrevivimos gracias a mi mujer que tiene trabajo, es contadora y nosotros, con mis hijos le estamos dando una mano para que pueda agarrar más clientes”, destacó sobre su situación personal y la importancia que tiene ayudar para que la cabeza no se vaya para cualquier lado.

Son siete los comedores y merenderos que reciben ayuda de este grupo. “Nos reconforta el alma y el corazón, nos motiva para aguantar el día a día. Estamos ayudando a personas que están más necesitadas que nosotros”, destacó el juez, para luego agregar: “Nosotros nos planteamos que nos quedamos sin trabajo, sin nuestra actividad, pero llegamos a nuestra casa y tenemos un techo, un lugar donde dormir, estamos cobijados y recibimos el amor de nuestras familias, entonces dar una mano en un plato de comida no da una caricia al corazón y hace que atravesemos esta situación de una manera especial”.
“Me despertó el espíritu, me dio ganas de atravesar esto con otra cabeza. Es una recargada de pilas espectacular, ver la gratitud con que la gente recibe nuestra ayuda”, terminó diciendo el reconocido juez.